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EarthTalk - ¿Qué sentido tenía que los ecologistas arrojaran sopa a la Mona Lisa?

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Roddy Scheer y Doug Moss

Estimado EarthTalk:

¿Qué sentido tenía que los ecologistas arrojaran sopa a la Mona Lisa? ¿Desfigurar el arte y otras grandes obras de la cultura es ahora algún tipo de táctica?

Ben Miller, Austin, Texas

El domingo 28 de enero de 2024, dos mujeres entraron en el Louvre, se acercaron al que quizá sea el cuadro más famoso del mundo y arrojaron sopa de calabaza a la tentadora sonrisa de la Mona Lisa. En las camisetas de las mujeres podían leerse escritas con grueso rotulador negro las palabras "RIPOSTE DE COMIDA". El emblemático cuadro de Da Vinci estaba protegido tras un cristal de seguridad y resultó ileso, pero muchos se preguntan por qué las mujeres atacaron a la Mona Lisa.

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Las dos mujeres formaban parte del grupo activista francés Riposte Alimentaire (Represalia Alimentaria). El grupo se describe como una organización que aboga por la acción gubernamental en materia de cambio climático y agricultura sostenible. Cuando las mujeres se colocaron frente a la Mona Lisa gritaron: "¿Qué es lo más importante? ¿El arte o el derecho a una alimentación sana y sostenible?".

En los días previos al atentado, la capital francesa había sido escenario de protestas generalizadas por parte de los agricultores. Utilizaron sus tractores para bloquear las carreteras e impedir el tráfico en toda Francia. Las protestas reclamaban el fin de la subida de los precios del combustible, una mejor remuneración por sus productos, protección frente a las importaciones baratas y una simplificación de la normativa gubernamental. La Riposte Alimentaire apoyaba este objetivo y en su sitio web pedía al gobierno francés que mejorara el acceso de la población a los alimentos y proporcionara a los agricultores unos ingresos sostenibles.

La gran pregunta es: ¿de qué manera el ataque a la Mona Lisa ayuda a Riposte Alimentaire a lograr su objetivo de una agricultura sostenible? No es raro que los activistas ataquen el arte. En octubre de 2022, "La joven de la perla" de Johannes Vermeer fue atacada cuando dos activistas climáticos se pegaron al cuadro mientras otro arrojaba una sustancia roja a la obra. También en 2022, "Los girasoles" de Vincent van Gogh fue salpicado con sopa de tomate por activistas medioambientales. Les Meules", de Claude Monet, fue atacado por activistas del grupo Última Generación y salpicado con puré de patatas.

¿Qué hace que atacar obras de arte famosas sea una táctica tan habitual de los grupos activistas? El principal atractivo de esta estrategia es que llama la atención. Cuando la gente se entera de que se ha atacado una obra de arte conocida, el primer instinto es escandalizarse. El segundo instinto es la curiosidad. Quieren saber por qué, quién podría hacer algo así. Esto permite a los grupos activistas conseguir una cobertura informativa sustancial y atención para su organización. Es importante señalar que, gracias a los cristales de seguridad de los museos y otras medidas de protección, ninguna obra de arte famosa ha resultado realmente dañada por acciones activistas. Los ataques han sido puramente performativos, destinados a intrigar y enfurecer.

La desobediencia civil radical y la política disruptiva también pueden contribuir a que las tácticas activistas menos agresivas sean más bienvenidas e incluso tengan más éxito en algunos casos. Aunque atacar obras de arte pueda parecer absurdo, existe una estrategia. El objetivo final no es necesariamente la reacción del público, sino influir en los grandes responsables del gobierno.

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