EarthTalk - ¿En qué consiste el llamado proyecto «Internet de los animales»?
Estimado EarthTalk:
¿En qué consiste el llamado proyecto «Internet de los animales» y cómo pretende ayudar a la causa de la conservación?
-- Beatrice U., Rampa, ID
A principios de la década de 2000, el especialista en comportamiento animal Martin Wikelski reflexionaba sobre el valor del seguimiento de la fauna salvaje, que ya había sido el grueso de su trabajo durante décadas. Ya fuera colocando chips GPS a las aves para conocer sus pautas migratorias o collares de radio a los coyotes para seguir sus movimientos por las zonas urbanas, era innegable que el uso de la tecnología para monitorizar los movimientos y la fisiología de las especies salvajes era la mejor manera de conocer mejor sus comportamientos y hábitats
Sin embargo, Wikelski sabía por experiencia que el seguimiento de animales tenía limitaciones. Sólo podían seguirse los mamíferos y aves más grandes debido al gran tamaño de la tecnología GPS, y la energía necesaria para completar los proyectos de seguimiento era monumental. En un esfuerzo por hacer más viable el seguimiento a mayor escala, Wikelski concibió la idea de una «Internet de los animales»: Un sistema de satélites que recibiría continuamente datos de seguimiento de chips GPS colocados en animales de todo el mundo.
Wikelski no tardó en fundar el programa de Cooperación Internacional para la Investigación Animal con Uso del Espacio (ICARUS) para reforzar su labor de seguimiento de criaturas más pequeñas. La idea era desarrollar un chip lo bastante pequeño para colocarlo en más de la mitad de las especies de mamíferos que viven en la Tierra, en alrededor del 40% de todas las aves y en cientos de especies de reptiles. Estos chips recogerían datos de temperatura, ubicación y acelerómetros y los enviarían rápidamente a una red de satélites de órbita baja en la atmósfera terrestre llamados «CubeSats», que a su vez enviarían las señales a «Movebank», una base de datos pública en línea. (Los acelerómetros se utilizan para medir el tiempo de sedentarismo, la actividad física, el gasto energético de la actividad física y los comportamientos relacionados con el sueño). Tras décadas de desarrollo y diseño, la tecnología lleva más de media década probando el proyecto a menor escala.
Si ICARUS consigue lanzar una versión sostenible y a gran escala del «internet de los animales», los beneficios que el proyecto aportaría a la investigación medioambiental son casi infinitos. Para empezar, obtener una visión más coherente de los comportamientos y la biología de los animales podría ayudar a los científicos a comprender las principales amenazas que se ciernen sobre la fauna salvaje y sus hábitats para conservarlos mejor.
Además, las criaturas especialmente sensibles a las inclemencias del tiempo y a los cambios de temperatura podrían aportar información sobre la meteorología y el clima; por ejemplo, los elefantes marinos ya proporcionan más del 80% de nuestros datos sobre la temperatura de la superficie del mar. Y eso por no hablar de los posibles descubrimientos que podrían hacerse en biología y zoología para seguir informando sobre nuestra comprensión de la crisis climática y la conservación.
Aún quedan muchos retos por superar antes de que el Internet de los animales entre en funcionamiento. Los chips GPS tienen que ser lo bastante fiables como para proporcionar datos precisos durante meses o años sin funcionar mal, o de lo contrario el proyecto no será sostenible ni física ni económicamente. Es mucha presión para un dispositivo del tamaño de una moneda. Sin embargo, con el proyecto ya en fase de pruebas y el respaldo financiero de la NASA y varios gobiernos nacionales, puede que el sueño de Wikelski no tarde mucho en hacerse realidad.
CONTACTOS
- ICARUS: Global Monitoring with Animals, https://www.icarus.mpg.de/en.
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