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EarthTalk - ¿La exposición a la contaminación atmosférica provoca «niebla mental»?

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Roddy Scheer y Doug Moss
(Kiowa County Press)

Estimado EarthTalk:

¿La exposición a la contaminación atmosférica provoca «niebla mental»?

Mark H., Raleigh, Carolina del Norte

La exposición a la contaminación atmosférica se ha relacionado desde hace tiempo con problemas respiratorios y cardiovasculares. Más recientemente, los investigadores han encontrado pruebas de que también puede afectar al funcionamiento del cerebro. Los estudios sugieren que la contaminación atmosférica está asociada con el deterioro cognitivo, los problemas de memoria y el rendimiento cognitivo a corto plazo, lo que muchos denominan “niebla mental” — lo que acentúa la preocupación por los efectos del aire contaminado en la claridad mental y la salud cerebral.

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PROMO Environment - Pollution City Field Smoke Sky - iStock - leolintang

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La contaminación atmosférica es una combinación de gases y partículas nocivas, como las partículas en suspensión (PM2,5), el monóxido de carbono y el dióxido de nitrógeno. Estos contaminantes, que suelen ser emitidos por los vehículos, las industrias y los incendios forestales, pueden entrar en el torrente sanguíneo y llegar al cerebro. Las investigaciones demuestran que los altos niveles de contaminación atmosférica están relacionados con un aumento de la inflamación cerebral, la interrupción de las conexiones neuronales y la disminución del suministro de oxígeno, lo que puede provocar deterioro cognitivo. Un estudio de 2025 publicado en Nature descubrió que la exposición prolongada a la contaminación atmosférica puede acelerar el deterioro cognitivo, especialmente entre las personas mayores.

Las personas expuestas a niveles elevados de contaminación suelen experimentar síntomas como dificultad para concentrarse, problemas de memoria y agotamiento mental. El Dr. Caleb Finch, de la Universidad del Sur de California, afirma que «el cerebro envejecido es vulnerable a la contaminación atmosférica». Sus estudios demuestran que la exposición a los contaminantes podría elevar el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Los niños y los jóvenes también podrían estar en peligro. El cerebro en desarrollo es especialmente sensible a las toxinas ambientales, y algunos estudios indican que los niños expuestos a niveles elevados de contaminación podrían presentar una disminución del coeficiente intelectual y problemas de atención.

Según una investigación de la Universidad de California, Davis, el aire contaminado también se asocia con trastornos del estado de ánimo como la ansiedad y la depresión, lo que pone de relieve la importancia de crear entornos más limpios para mejorar los resultados relacionados con la salud física y mental.

Reducir el impacto de la contaminación atmosférica en la función cerebral requiere esfuerzos conjuntos. Disminuir los niveles de contaminación atmosférica mediante la aplicación de normas de emisión más estrictas, la ampliación de los espacios verdes y el fomento de alternativas de transporte más limpias puede ayudar a minimizar los riesgos de exposición. A nivel personal, los individuos pueden protegerse utilizando purificadores de aire, evitando las actividades al aire libre durante los días de alta contaminación y promoviendo medidas que fomenten políticas de aire más limpio. Al reducir la exposición a la contaminación, podemos dar grandes pasos en la protección de la salud cerebral de las generaciones futuras.

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