Estimado EarthTalk:

He oído que el ganado vacuno causa una gran parte de las emisiones mundiales de metano que alimentan el calentamiento global. ¿Qué se puede hacer además de reducir o eliminar el consumo de carne?

N.V.

El metano es un gas de efecto invernadero 28 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2) a la hora de atrapar el calor en la atmósfera y es responsable de casi la mitad del aumento de 1,1 grados centígrados de la temperatura global. El gas tiene una vida corta y se descompone en CO2 y vapor de agua al cabo de una década. 

El ganado es rumiante: su estómago le permite digerir alimentos ricos en fibra, como la hierba y el heno. Esto produce metano, que se expulsa en forma de gas cuando el ganado eructa. Cada año, una sola vaca eructa alrededor de 220 libras de metano, que se oxida a CO2, es absorbido por las plantas y reintroducido en la dieta de las vacas. 

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Una de las formas más prometedoras de reducir el metano es modificar la dieta de las vacas. El metano se produce principalmente por la digestión de la fibra, por lo que alimentar al ganado con cereales y grasas como el maíz y la cebada puede reducir la producción de metano. Un estudio dirigido por la CU de Boulder, el NIST y la Universidad Estatal de Kansas exploró esta idea, alimentando a las vacas con sorgo, un cultivo más sostenible que requiere menos agua y fertilizantes. Los resultados iniciales revelan pequeñas diferencias en las emisiones, pero investigaciones posteriores determinarán si estos cambios son estadísticamente significativos. Otro enfoque, probado por científicos de la Universidad de California en Davis, consistía en añadir un uno por ciento de algas rojas a la alimentación del ganado, lo que reducía las emisiones de metano hasta en un 60 por ciento sin afectar a la producción de leche.

Otra posible solución es la selección genética. El ganado que vive en la misma granja y come la misma cantidad de pienso puede producir cantidades diferentes de metano debido a ciertos rasgos genéticos. Los científicos están estudiando la posibilidad de seleccionar estos rasgos o de criar ganado con toros que reduzcan las emisiones. Además, los aditivos alimentarios reductores de metano, que incorporan menos del uno por ciento de la dieta del ganado, pueden interrumpir el proceso de formación de metano y reducir las emisiones. Sin embargo, algunos aditivos requieren una aprobación adicional para la salud animal. Las vacunas reductoras de metano también son una solución viable que requiere más pruebas, y es poco probable que estén disponibles antes del final de la década. 

Cambiar las prácticas de gestión es caro y muchos ganaderos no tienen incentivos económicos para adoptar tales métodos. Por ello, muchos países y organizaciones están desarrollando un programa de Pago por Servicios Ambientales (PSA) para apoyar económicamente estos cambios. Los economistas sostienen que estos programas deben adaptarse a las necesidades específicas de financiación de los agricultores de las distintas regiones. La intensidad de las emisiones varía mucho de un país a otro en función de su nivel de renta, con emisiones entre 6 y 16 veces más intensas en los países de renta más baja, debido a sistemas menos eficientes. 

Cualquiera puede marcar la diferencia apoyando la agricultura sostenible, abogando por cambios políticos, reduciendo el desperdicio de alimentos, adoptando una dieta basada en plantas y difundiendo la concienciación sobre este tema.

CONTACTOS

• Hacer que las vacas sean más sostenibles, https://www.ucdavis.edu/food/news/making-cattle-more-sustainable.

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