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¿Es cierto que el uso de robots puede ayudarnos a reducir nuestra huella de carbono? Suena muy bien, pero ¿cuáles son las desventajas de una mayor utilización de robots?

Robert Pardue, Reno, NV

Los robots contribuyen cada vez más a resolver los problemas medioambientales, desde la limpieza de los océanos hasta la reforestación. Por ejemplo, Clearbot retira diariamente unos 15 litros de petróleo y 200 kilos de basura de los océanos, mitigando la contaminación marina. Los robots también aceleran la plantación de árboles, restaurando los bosques con mayor rapidez y precisión que los humanos. En las ciudades, los robots ayudan a reducir la huella de carbono. Los robots de reparto pueden reducir la congestión vial en un 29% y las emisiones en un 16% en comparación con los vehículos tradicionales. A menudo alimentados por energías renovables como la solar, estos robots minimizan aún más el impacto ambiental.

Del mismo modo, los robots están influyendo en el transporte. Los vehículos eléctricos equipados con funciones de conducción autónoma son cada vez más comunes, siguiendo el ejemplo de Tesla. Como los vehículos eléctricos funcionan con electricidad y no con gasolina, contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Muchos de estos vehículos autónomos también incluyen funciones como frenado automático, detección de carril y control de velocidad, que pueden mejorar la seguridad y la eficiencia en la carretera.

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Los robots también se han hecho un hueco en los entornos industriales, donde mejoran la eficiencia y ayudan a reducir las emisiones de carbono. Según un estudio de 2022, el uso de robots en la fabricación ha mejorado los esfuerzos de reducción de las emisiones de carbono en 35 países. Al automatizar tareas repetitivas, los robots pueden ayudar a reducir errores y mejorar la eficiencia energética general de los procesos de producción.

Sin embargo, las ventajas medioambientales de los robots conllevan importantes contrapartidas. La mayoría de los robots utilizan baterías de litio y cobalto, que no están distribuidas uniformemente por todo el mundo. La extracción de estos materiales consume muchos recursos y a menudo provoca la degradación del medio ambiente. El proceso de extracción consume grandes cantidades de energía, libera contaminantes atmosféricos y puede contaminar las reservas locales de agua. 

Una vez en uso, los robots -como cualquier otra tecnología- están sujetos a desgaste. Cuando se rompen o quedan obsoletos, se suman al creciente problema de los residuos electrónicos. El ritmo de producción más rápido que permiten los robots también alimenta la demanda de los consumidores, lo que aumenta aún más los residuos. Y estos efectos suelen afectar más a los países más pobres, que sufren de forma desproporcionada la contaminación y el agotamiento de los recursos.

A largo plazo, a medida que mejoren los diseños de los robots y se desarrollen nuevas tecnologías, podrán mitigarse algunos de estos retos. Empresas como AI for Good, Echo Tech Daily y Redwood Materials están desarrollando robots más sostenibles. Pero por ahora, es importante sopesar cuidadosamente las ventajas y los inconvenientes. Aunque los robots son muy prometedores para ayudarnos a reducir nuestra huella de carbono, están lejos de ser una solución perfecta. 

CONTACTOS

• Impacto de los robots industriales en la contaminación ambiental, www.nature.com/articles/s41598-023-47380-6;
• ¿Pueden los robots reducir la huella de carbono? www.plainconcepts.com/robotics-sustainability.

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