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EarthTalk - ¿Son las granjas de algas buenas para el planeta?

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Roddy Scheer y Doug Moss

Estimado EarthTalk:

¿Son las granjas de algas buenas para el planeta o es solo una moda pasajera de la industria?

Josiah Barnes

La producción de algas ha aumentado hasta superar los 35 millones de toneladas en los últimos años, mientras que la industria se ha convertido en un mercado de 16 700 millones de dólares. Su popularidad se debe a sus notables beneficios ecológicos, como la absorción de carbono, la producción de alimentos y la creación de hábitats marinos. Los defensores de las algas marinas las elogian por ser fáciles de cultivar y por crear bioplásticos, mientras que los críticos argumentan que tienen importantes deficiencias.

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PROMO 64J1 Science - Earth North America Space Clouds - NOAA's National Ocean Service - public domain

© NOAA's National Ocean Service

Las granjas de algas marinas no solo son rápidas y fáciles de cultivar, sino que también son muy versátiles. A diferencia de los cultivos terrestres como los árboles, las frutas, las verduras y las hierbas, las algas marinas no necesitan fertilizantes, pesticidas, agua dulce ni tierra para crecer. Por lo tanto, pueden adaptarse fácilmente a diversos entornos y sobrevivir sin la intervención constante del ser humano.

Además, el crecimiento de las granjas de algas marinas beneficia a la vida marina. Más allá de mejorar la calidad del agua, la presencia de granjas de algas marinas amortigua los efectos de la acidificación de los océanos en las zonas circundantes, lo que contribuye en gran medida a la prosperidad y la limpieza de los entornos. Las granjas de algas marinas también crean hábitats de alimentación y refugio para peces de gran importancia comercial, como el bacalao y el atún, al tiempo que sirven de fuente de alimento para innumerables especies.

Las algas marinas también pueden reducir el impacto del carbono y otros gases de efecto invernadero. Al absorber tanto nutrientes como dióxido de carbono para crecer, las algas marinas disminuyen la cantidad de emisiones tóxicas que llegan a los océanos y a la atmósfera. Las algas marinas absorben más gases de efecto invernadero del agua que las praderas de zosteras, los manglares y las marismas salinas juntos. También se pueden cultivar para reducir los metales pesados y otros contaminantes, actuando como una esponja que limpia el océano de toxinas. Además, desempeñan un papel fundamental en la creación de bioplásticos, que mitigan la contaminación plástica al sustituir productos con alto contenido en carbono y gases de efecto invernadero.

A pesar de sus beneficios, las granjas de algas marinas pueden ser caras y difíciles de implementar a nivel mundial. Su elevado precio reduce la demanda de algas, lo que dificulta a los agricultores alcanzar los objetivos de crecimiento de sus granjas. Además, el 98 % de las algas cultivadas se producen en Asia, lo que pone de manifiesto la falta de diversidad geográfica en todo el mundo.

Por ello, los científicos están buscando formas de ampliar el alcance y el impacto de las granjas de algas marinas para maximizar sus beneficios. En concreto, muchos están experimentando con el cultivo de algas marinas con el objetivo de reducir los contaminantes del agua, como los metales. En última instancia, Alexandra Cousteau, directora de la organización sin ánimo de lucro Oceans2050, señaló que «el cultivo de algas marinas ofrece una solución escalable y basada en la naturaleza para la eliminación del carbono, al tiempo que aporta beneficios colaterales como la mejora de la biodiversidad, las oportunidades económicas y la seguridad alimentaria».

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