
Una tradición centenaria ofrece modelo para el uso futuro del río Colorado
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El tiempo se acaba para que los estados de la cuenca del río Colorado decidan cómo distribuir los escasos suministros de agua, y algunos ecologistas están reconsiderando una tradición centenaria de distribución del agua que se aplica en todo el árido oeste de los Estados Unidos. Como explica el historiador Nick Saenz, historiador y miembro del Consejo Hispano de Liderazgo en Conservación, cada primavera las comunidades agrícolas del Valle de San Luis, en Colorado, compiten contra el reloj para regar sus cultivos antes de que desaparezca el deshielo.
En la tradición conocida como "acequia", las decisiones se toman de forma democrática y las prioridades de riego benefician a toda la comunidad por encima de cualquier usuario individual.
Saenz afirma que la acequia ofrece un modelo para compartir un recurso escaso.

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"Para ello será necesario que trabajemos juntos," explica Saenz. "Requerirá algunas concesiones y compromisos, y tratar de imaginar cómo, como grupo, podemos tomar decisiones sobre nuestro futuro colectivo.
Décadas de sequía, agravadas por el calentamiento climático, han reducido considerablemente los suministros de agua para las 40 millones de personas que dependen del río Colorado. Y según las normas vigentes, la agricultura y otros usuarios ya reciben más agua de la que el río puede suministrar. Si Colorado y otros estados de la cuenca no logran elaborar un nuevo plan antes del 1 de octubre del próximo año, el gobierno federal intervendrá.
El nacimiento del río Grande, que se extiende hasta la frontera sur entre Estados Unidos y México y desemboca en el golfo de México, se encuentra en las montañas de San Luis. Dado que parte del agua del río Colorado se desvía hacia lugares como la cordillera Frontal, Sáenz afirma que el futuro de ambos ríos está conectado. Señala que los agricultores de varios estados y ciudades como Albuquerque y El Paso dependen del río Grande.
"Si llegamos al punto en el que tengamos que plantearnos cortar algunas de esas desviaciones entre cuencas, habrá consecuencias para la cantidad de agua del río Grande y la vida que se ha desarrollado a lo largo de ese cauce," dice Saenz.
Las ciudades en expansión con céspedes y campos de golf construidos en paisajes áridos suelen ser los ejemplos de mala gestión del agua. Sin embargo, la alfalfa que se cultiva para alimentar al ganado vacuno consume más agua que todas las ciudades e industrias de toda la cuenca del río Colorado.
Sáenz cree que la tradición de las acequias ofrece a todas las partes interesadas una vía para tomar decisiones difíciles.
"El modelo de acequia nos brinda un modo democrático para determinar el resultado de todos estos desafíos hídricos, una forma de pensar en la toma de decisiones comunitarias en torno al agua," concluye Saenz.